El “poroto mungo” es una alternativa estival para el NOA, que se impone cada año y, en este sentido, desde la Eeaoc venimos evaluando y ensayando este cultivo”, dijo Oscar Vizgarra.

El “poroto mungo” (Vigna radiata (L.) Wilczek), grano fundamental para la obtención de los “brotes de soja”, es una legumbre de la cual se tiene escaso conocimiento a nivel país, siendo Córdoba una de las primeras provincias en incorporarlo en sus sistemas de producción, obteniendo resultados alentadores y con un continuo crecimiento en su superficie sembrada.

Sus granos se presentan como una opción muy interesante, considerando no solo su riqueza nutritiva, la cual multiplica en la producción de germinados; sino también por la posibilidad de captar mercados internacionales con una elevada demanda, presentándose en la mayoría de los casos precios muy favorables.

En los países asiáticos se lo emplea, tanto en la alimentación, como en la industria, donde sus granos se consumen verdes y secos, como brotes o germinados (brotes de soja), para lo cual, las semillas son cuidadosamente seleccionadas en función de su calidad, color (verde brillante) y un elevado poder germinativo. También se usan para la obtención de harinas, alimentos balanceados para animales, abono verde, cultivo de cobertura y rotación.

Características   

Se trata de una planta anual de hábito determinado, porte erecto y de tipo compacto, las inflorescencias pueden volver a desarrollar flores, después de un período de condiciones adversas. Es sensible a las heladas y se cultiva, principalmente, en las regiones con una precipitación media anual de alrededor de unos 600 mm. Resiste a sequías moderadas y es susceptible a inundaciones. Alta humedad en la etapa de madurez del grano causa daño a las semillas, que conducen a su rápida oxidación (cambio de color del grano) y elevada incidencia de patógenos, reduciendo la calidad y, como consecuencia, su precio; esto sucedió en las dos últimas campañas, causando importantes pérdidas.

Entre las bondades de este cultivo podemos mencionar: baja incidencia de plagas, ciclo corto, rápida maduración y un mínimo aporte de fertilizantes.

Actualmente, la variedad más cultivada en nuestro país es “Cristal”, que presenta ciertas características tales como porte relativamente erecto, semillas grandes y de color verde brillante.

En la Argentina, este cultivo se presenta como una alternativa estival válida en las zonas centro y norte del país, no solo como una diversificación para el verano, incorporándolo en las secuencia de rotaciones tradicionales; sino también por la demanda a nivel nacional e internacional, generada por nuevos nichos como los “mercados de brotes”, constituidos por personas que buscan una vida saludable y, por otro lado, un consumo mundial creciente por parte de países como India, Turquía, Vietnam, Nepal y Emiratos Árabes, entre otros.

Exportaciones

Durante el período 2011-2014, las exportaciones de la Argentina tuvieron una tasa de crecimiento anual promedio de 142%. El incremento en superficie sembrada fue notable en los últimos años, lo que permitió alcanzar unas 45.000 ha en la campaña 2016, logrando una producción de 23.799 tn, ubicadas a un valor de U$S 20,7 millones.

Las principales provincias productoras son Salta, Santiago del Estero, Córdoba, Catamarca y Tucumán, quien aporta alrededor de un 3% del volumen total de exportaciones nacionales.

Los precios más elevados de esta legumbre corresponden a aquellas partidas con alto poder germinativo, para la obtención de “brotes de soja” y granos de buen calibres para producir un tipo de “snacks”, de elevado consumo en países asiáticos.

En la presente campaña se estima una siembra de 30.000 ha, con una producción de 20.000 tn, con el valor del grano que varía entre los U$S/tn 650 y los 700 U$S/tn.